Esta creación hace intervenir con la voz de cristal de Luzmila Carpio, cantante Boliviana Quechua, instrumentos occidentales. Los cantos se dirigen a la tierra, al espacio, al sol.
Esta obra que ya ha sido presentada en el marco de las creaciones del Festival “les 38èmes Rugissants”, el 5 de diciembre pasado, resulta de dos años de reflexiones y de búsqueda entre la gran cantante boliviana Quechua, Luzmila Carpio y creadores y músicos franceses.
Esta composición hace intervenir con la voz de cristal de Luzmila Carpio, instrumentos occidentales tales como el órgano de cristal, el contrabajo o las percusiones con el fin de retomar musicalmente la narración, a la manera de “ Pierre et le loup”. Detrás de los cantos que se dedican a la tierra, al espacio, al sol, a los niños guardianes de estos tesoros, escucharemos, gracias a una escritura de un extremado refinamiento, el murmullo del viento, los pájaros, el calor del alba, el flujo de un río, cada material y cada animal siendo evocados por un instrumento.
Por su tratamiento que pone constantemente el sonido al servicio del sentido, por su tema, a la vez universal y muy actual, este proyecto se dirige a un público que, como su enseñanza, puede ir desde los 7 hasta los 77 años. De hecho, su éxito puede jugar un rol primordial en el desarrollo de la carrera de una artista de excepción, quien, ya nombrada “Embajadora de la cultura quechua”, podría volverse “La voz de la Tierra”.
Martina A. Catella
CD - AC 101 - 2004
Harmonia Mundi